En fin, de ir a la biblioteca a acabar en El Corte Inglés tomando algo, observando las vistas (camareros buenorros) y como no, manteniendo esas conversaciones que sólo nosotras entendemos. MARIS!
Y así fue la noche en que ella volvió a tierras mallorquinas para recordarme que siempre está negra. Para que me riña como nadie y para que me recuerde lo que es una noche potadora. PRIMA!